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sexta-feira, 6 de janeiro de 2012
Esos amores imaginarios
"Lo permitido no atrae; lo que no lo está, excita nuestro deseo". (Ovidio, Amores, II, XIX, 3)
Se puede entrar en el amor y en la muerte una única vez. Es lo que que ocurre cuando uno descubre por vez primera en la pantalla el que será para siempre el amor de su vida. Los franceses siempre tan evolucionados e inspiradores suelen decir: “El placer nunca esta en casa”. Como considero que el amor real es como un préstamo hipotecario a cuenta de un futuro incierto, concentraré mis energías en hablar aquí de amores imaginarios, que definitivamente suelen ser más duraderos.
Nuestra primer recuerdo es para un clásico coproducido por Francia e Italia, El último tango en París, de Bernardo Bertolucci (1973), que marcó época y generación. Entre otras cosas con diálogos como éste:
- ¿Qué estoy haciendo contigo en este piso? ¿El amor?
- Bueno, digamos que... prácticamente lo que estamos haciendo... es darnos gusto.
- Ya veo que me tomas por una cualquiera.
- ¿Qué?... que te tomo por una ¿qué?
- Por una zorra.
- ¡Aaah!, ¿te refieres a una prostituta?
- Sí, una prostituta.
- Nooo, sólo eres una jovencita anticuada y complaciente que intenta parecerlo.
- Prefiero ser una puta.
La acción dramática transcurre en un piso burgués destartalado, sucio, lóbrego. De enormes dimensiones, abandonado y roto como si se tratase de una persona herida. El escenario es fundamental y parece indicarnos la importancia del espacio para llevar a cabo una aventura sexual que no quiere conocer límites. Brando es un norteamericano de mediana edad, que arrastra el peso de una vida saturada de frustraciones y dolor. Schneider, es una parisiense de 20 años, de familia acomodada, que trabaja como actriz aficionada y que apenas es capaz de comprender la magnitud de la herida que arrastra él.
Empiezan los encuentros carnales entre dos personajes que no se conocen, ni quieren conocerse. El sexo entre desconocidos es para ellos el recurso a través del cual buscan un exceso salvaje, la trasgresión de los convencionalismos, la libertad y la plenitud física. No existe más comunicación que la de sus cuerpos, apenas unas frases que tan sólo utilizan como recurso para aumentar la tensión sexual.
Es el sueño erótico de todo hombre: puro sexo, exento de responsabilidades y de convencionalismos morales. El encuentro de dos seres donde no existe más freno que sus propios deseos ni otras leyes que la de sus caprichos. No hay nadie entre esas paredes desiertas que dictamine qué placeres son puramente masculinos o cuáles femeninos. El peso de la existencia y de ataduras absurdas pierden su importancia al cruzar el umbral de la calle Jules Verne.
Maria Schneider y Marlon Brando en escena.
- Oh! Yo soy caperucita roja y tu el lobo feroz. Uhh... que brazos tan fuertes tienes...
- Son para estrujarte mejor pequeña mía.
Se puede entrar en el amor y en la muerte una única vez. Es lo que que ocurre cuando uno descubre por vez primera en la pantalla el que será para siempre el amor de su vida. Los franceses siempre tan evolucionados e inspiradores suelen decir: “El placer nunca esta en casa”. Como considero que el amor real es como un préstamo hipotecario a cuenta de un futuro incierto, concentraré mis energías en hablar aquí de amores imaginarios, que definitivamente suelen ser más duraderos.
Encuentro furtivo, Maria Schneider y Marlon Brando se tropiezan un buen día en un piso. Y fuera sólo está París.
El amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino en el impulso y en la fuerza de la imaginación. Por un lado tenemos el amor trascendente, el real, el que debería otorgar más peso y sentido a nuestras vidas y por otro lado, el de nuestros fantasías.
Pero finalmente ¿qué preferimos los hombres para divertirnos? ¿Para vivir? ¿Qué buscamos realmente? ¿Es posible que el deseo sexual por nuestros mitos sea más duradero que el real? ¿Qué es verdad y qué no? ¿Cuándo hacemos el amor con nuestra pareja pensamos en nuestra cónyuge o en Scarlett Johansson? Según los expertos, para los hombres, una escena subida de tono o un comentario malicioso puede ser mucho más efectivo que algunas cenas a la luz de la luna.
Por consiguiente, ¿es cierto que somos capaces de vibrar ante una escena no demasiado explícita, ante un gesto? ¿Puede estimularnos simplemente una conversación picante?
En lo que sí parecen estar de acuerdo la mayoría de los pensadores es en que las pasiones suelen ser siempre atropelladoras, se llevan casi siempre nuestros razonamientos. Entendemos, por tanto, que la pasión por nuestros mitos eróticos y por el cine, no debe ser racionalizada. La pasión cinematográfica es una “demencia” que penetra en nosotros cada vez más profundamente.
Escena de El último tango en París. Prohíbida en España, fue moda cruzar a Francia para verla; o mejor, verlo. La fotografía del filme tenía la firma de un grande del gremio: Vittorio Storaro.
Desde que era pequeño me dí cuenta, yendo de película en película, de cuánto desengaño subyacía acerca de la vida, del amor o de la muerte. El cine y su capacidad de diversión y reflexión me ha enseñado que entre muchos se sufre igual, pero se soporta mucho mejor. Tras ver miles de películas llegué a la conclusión, de que el cine, los libros y el sexo compartido, son la antítesis de la soledad. Desde aquí rendimos un sentido homenaje a todas aquellas mujeres, hombres, escenas, diálogos, frases, canciones y conversaciones que han iluminado y estimulado nuestra (mi) necesidad de pensar, sentir y gozar. En definitiva, de existir.
Nuestra primer recuerdo es para un clásico coproducido por Francia e Italia, El último tango en París, de Bernardo Bertolucci (1973), que marcó época y generación. Entre otras cosas con diálogos como éste:
- ¿Qué estoy haciendo contigo en este piso? ¿El amor?
- Bueno, digamos que... prácticamente lo que estamos haciendo... es darnos gusto.
- Ya veo que me tomas por una cualquiera.
- ¿Qué?... que te tomo por una ¿qué?
- Por una zorra.
- ¡Aaah!, ¿te refieres a una prostituta?
- Sí, una prostituta.
- Nooo, sólo eres una jovencita anticuada y complaciente que intenta parecerlo.
- Prefiero ser una puta.
La acción dramática transcurre en un piso burgués destartalado, sucio, lóbrego. De enormes dimensiones, abandonado y roto como si se tratase de una persona herida. El escenario es fundamental y parece indicarnos la importancia del espacio para llevar a cabo una aventura sexual que no quiere conocer límites. Brando es un norteamericano de mediana edad, que arrastra el peso de una vida saturada de frustraciones y dolor. Schneider, es una parisiense de 20 años, de familia acomodada, que trabaja como actriz aficionada y que apenas es capaz de comprender la magnitud de la herida que arrastra él.
Empiezan los encuentros carnales entre dos personajes que no se conocen, ni quieren conocerse. El sexo entre desconocidos es para ellos el recurso a través del cual buscan un exceso salvaje, la trasgresión de los convencionalismos, la libertad y la plenitud física. No existe más comunicación que la de sus cuerpos, apenas unas frases que tan sólo utilizan como recurso para aumentar la tensión sexual.
Es el sueño erótico de todo hombre: puro sexo, exento de responsabilidades y de convencionalismos morales. El encuentro de dos seres donde no existe más freno que sus propios deseos ni otras leyes que la de sus caprichos. No hay nadie entre esas paredes desiertas que dictamine qué placeres son puramente masculinos o cuáles femeninos. El peso de la existencia y de ataduras absurdas pierden su importancia al cruzar el umbral de la calle Jules Verne.
Maria Schneider y Marlon Brando en escena.
- Oh! Yo soy caperucita roja y tu el lobo feroz. Uhh... que brazos tan fuertes tienes...
- Son para estrujarte mejor pequeña mía.
- Que uñas tan largas tienes.
- Son para arañarte mejor el culo.
- Uh... que cantidad de vello tienes.
- Es para que tus ladillas puedan esconderse mejor.
- Uuuh... que lengua tan larga tienes.
- Es para metértela mejor, querida mía.
- Y esto ¿para qué es?
- Esto es para tu felicidad y mi... ¡mi falocidad!
- ¿Falocidad?
- Falo, pene...
La película nos ofrece diversas reflexiones interesantes que bien podrían ser planteadas por cualquiera de nosotros: ¿es el hombre dueño de sus gustos?, ¿no es para este fin para el que nosotros hemos nacido?, ¿no debería una muchacha bonita preocuparse más de disfrutar, que de engendrar?, ¿de qué puede servirle al ser humano una vida sin placer? La falta de autocontrol, de moderación ¿puede perjudicar más que una vida plena de inseguridades y miedos?
Marlon Brando en su personaje más nihilista, nos muestra que un hombre vulnerable, frágil y derrotado, todavía es capaz, como último acto existencial, de no resistirse a la tentación. El sexo como último episodio lúdico de la vida.
http://blogs.elpais.com/eros/2012/01/autor-invitado-josep-giralt-periodista-barcelona-lo-permitido-no-atrae-lo-que-no-lo-est%C3%A1-excita-nuestro-deseo-ovidi.html#more
Marlon Brando en su personaje más nihilista, nos muestra que un hombre vulnerable, frágil y derrotado, todavía es capaz, como último acto existencial, de no resistirse a la tentación. El sexo como último episodio lúdico de la vida.
http://blogs.elpais.com/eros/2012/01/autor-invitado-josep-giralt-periodista-barcelona-lo-permitido-no-atrae-lo-que-no-lo-est%C3%A1-excita-nuestro-deseo-ovidi.html#more
"convertir la dictadura en un rasguño militar"
06 enero, 2012 - 10:51 - Juan Cruz
Chile, blanquear la dictadura
Chile fue un disparo en el corazón del mundo, una herida mortal a la sensibilidad democrática, una reiteración alevosa de lo que había pasado en otros lugares; fue, para los españoles que no lo habían vivido, una representación feroz, presente, de un pasado que aquí no se había cerrado todavía, y sigue abierto.
El golpe militar de Pinochet, organizado con el apoyo tácito de Estados Unidos en un tiempo en que la gran potencia debilitaba de manera obscena a los que vivían en su patio trasero, acabó con el Gobierno de Allende y se llevó por delante a miles de personas, políticos o no, que la metralleta y la tortura hallaron a su paso. Como lo habíamos vivido (como nos lo contaron a los que no lo habíamos vivido), sabíamos a qué sonaban esos sables, como vocablos mortales lanzados sobre las cabezas de los disidentes. Hubo tortura, masacres, detenciones ilegales, persecuciones masivas de progresistas o de ciudadanos que, simplemente, estaban en contra de que se usurpara así el poder.
Pasó el tiempo, a Pinochet lo debilitaron la paciencia audaz de los demócratas y la presión internacional. Y fue en el extranjero donde finalmente el juez Baltasar Garzón ayudó a desnudarlo de los abundantes ropajes de su hipocresía. Ahora Chile es otro país, naturalmente, otra vez un país democrático en el que relucen, entre otros valores, algunos de los valores que ayudó a alimentar su historia: el respeto por la cultura y, cómo no, por la historia. Hasta que ha venido un ministro de Sebastián Piñera a interrumpir el sendero de respeto al pasado, a los perseguidos en ese pasado, y ha querido convertir la dictadura en un rasguño militar, en un régimen militar tan solo, como si hubiera sido el suspiro de un pie de página la dictadura sanguinaria de Augusto Pinochet.
Es un insulto a la historia, pero como la historia está llena, naturalmente, de seres humanos, es un insulto a la humanidad. Hay una famosa secuencia en la que un ministro de Educación que luego sería presidente de Chile, Ricardo Lagos, señala con el dedo a Pinochet, en un programa de televisión, para que responda ante la ciudadanía de los manejos que estaba estableciendo para quedarse para siempre con el poder. Ese episodio, de una enorme valentía, pues en ese momento el dictador militar estaba en la poltrona del poder que arrancó por la fuerza, se conoce en Chile, y en el mundo, como El dedo de Lagos.
A veces lo veo en Youtube, para confirmar con mis propios ojos el tamaño de la esperanza que tuvieron los chilenos, aun bajo aquel yugo, para oponerse y para exigir, en nombre de las virtudes de la democracia, que se apeara del desfiladero desde el que seguía observando a Chile como si fuera su finca. Ojalá ahora esa iniciativa que trata de blanquear la dictadura caiga bajo el dedo de los que, como Lagos, lucharon por un país que no quería ser dormido con mentiras.
http://blogs.elpais.com/juan_cruz/
Nota: Para refrescar a nossa memória, aqui:
El golpe militar de Pinochet, organizado con el apoyo tácito de Estados Unidos en un tiempo en que la gran potencia debilitaba de manera obscena a los que vivían en su patio trasero, acabó con el Gobierno de Allende y se llevó por delante a miles de personas, políticos o no, que la metralleta y la tortura hallaron a su paso. Como lo habíamos vivido (como nos lo contaron a los que no lo habíamos vivido), sabíamos a qué sonaban esos sables, como vocablos mortales lanzados sobre las cabezas de los disidentes. Hubo tortura, masacres, detenciones ilegales, persecuciones masivas de progresistas o de ciudadanos que, simplemente, estaban en contra de que se usurpara así el poder.
Pasó el tiempo, a Pinochet lo debilitaron la paciencia audaz de los demócratas y la presión internacional. Y fue en el extranjero donde finalmente el juez Baltasar Garzón ayudó a desnudarlo de los abundantes ropajes de su hipocresía. Ahora Chile es otro país, naturalmente, otra vez un país democrático en el que relucen, entre otros valores, algunos de los valores que ayudó a alimentar su historia: el respeto por la cultura y, cómo no, por la historia. Hasta que ha venido un ministro de Sebastián Piñera a interrumpir el sendero de respeto al pasado, a los perseguidos en ese pasado, y ha querido convertir la dictadura en un rasguño militar, en un régimen militar tan solo, como si hubiera sido el suspiro de un pie de página la dictadura sanguinaria de Augusto Pinochet.
Es un insulto a la historia, pero como la historia está llena, naturalmente, de seres humanos, es un insulto a la humanidad. Hay una famosa secuencia en la que un ministro de Educación que luego sería presidente de Chile, Ricardo Lagos, señala con el dedo a Pinochet, en un programa de televisión, para que responda ante la ciudadanía de los manejos que estaba estableciendo para quedarse para siempre con el poder. Ese episodio, de una enorme valentía, pues en ese momento el dictador militar estaba en la poltrona del poder que arrancó por la fuerza, se conoce en Chile, y en el mundo, como El dedo de Lagos.
A veces lo veo en Youtube, para confirmar con mis propios ojos el tamaño de la esperanza que tuvieron los chilenos, aun bajo aquel yugo, para oponerse y para exigir, en nombre de las virtudes de la democracia, que se apeara del desfiladero desde el que seguía observando a Chile como si fuera su finca. Ojalá ahora esa iniciativa que trata de blanquear la dictadura caiga bajo el dedo de los que, como Lagos, lucharon por un país que no quería ser dormido con mentiras.
http://blogs.elpais.com/juan_cruz/
Nota: Para refrescar a nossa memória, aqui:
"Internet es territorio seriéfilo"
Nuevos aires en las series web españolas
Por: Natalia Marcos| 06 de enero de 2012
Internet es territorio seriéfilo. La Red no solo es un espacio en el que cada vez más fans comentan las novedades del mundo televisivo o en el que las cadenas promocionan sus productos. También es el lugar apropiado para desarrollar la creatividad en forma de series web. El fenómeno no es nuevo en España. A clásicos como Malviviendo, Tú antes molabas o Qué vida más triste se suman una cada vez mayor variedad de series desarrolladas expresamente para la Red.
El campo temático en el que se mueven estas series ha ampliado horizontes. Muchas de las ficciones que han tomado el relevo de las pioneras siguen recurriendo al humor como elemento fundamental para atrapar al espectador. Pero los creadores españoles también se atreven ahora con géneros menos explorados como la ciencia-ficción, la fantasía o el terror.
Se trata de géneros poco tratados en la ficción nacional. Por eso resultan innovadoras series web como Crisis BCN K36, que combina ciencia-ficción y grandes dosis de participación por parte del espectador. Los 76 capítulos de su primera temporada se centran en lo que ocurriría si se produjera un ataque terrorista a través de sustancias químicas. También innovadora es la propuesta de Crónicas Drakonianas que, gracias a los efectos especiales y al trabajo de caracterización y ambientación, sumerge al espectador en un mundo de fantasía en las tierras de Drakonia. La producción alicantina Princesa Rota se atreve con el género del thriller para reflejar una cruda realidad: la del secuestro de niñas para su comercio y prostitución. Entre la intriga y las aventuras se mueve Las crónicas de Maia. Una estética gótica y urbana caracterizan a esta serie madrileña que combina imagen real y animación.
Una de las características comunes a la mayoría de los creadores de las series que se emiten únicamente en Internet es la precariedad y los escasos recursos para la grabación de los capítulos. Un mundo, el de la precariedad, que conocen bien las tres protagonistas de Asqueadas. La serie online dirigida por Silvia Chicón y Carlota F. Escandón narra las peripecias de tres jóvenes licenciadas que luchan para sobrevivir en un mundo marcado por la crisis. El humor y la ironía son las armas de las que se valen para reflejar una realidad muy próxima a muchos de sus seguidores.
La cercanía a la realidad actual de los jóvenes es fundamental para que una serie web acapare visitas en la Red. Un ejemplo es Freaklances. Los personajes animados que protagonizan estas historias trabajan como freelances en campos como el diseño, la publicidad u otras relacionadas con las tecnologías de la información y comunicación, un territorio familiar para muchos internautas. El terreno friki es por el que se decantan en Treintañeros, que hace unas semanas emitió su séptimo y último episodio. Los chistes relacionados con La guerra de las galaxias o The big bang theory hacen guiños constantes a un público geek y orgulloso de serlo.
La narración de las aventuras y desavenencias de varios compañeros de piso es la línea, algo más clásica, que siguen series web como Inquilinos, 60 m2 o Con pelos en la lengua, con una buena cantidad de fieles seguidores. Esta última, de hecho, presume en su página web de haber alcanzado los cuatro millones de visionados entre todos los capítulos de las dos temporadas con las que cuenta la serie hasta el momento. ¿El secreto? Tratar el sexo sin tapujos y desde las perspectivas de tres personajes bien diferentes.
La ruptura de tabúes es una tendencia en las series en Internet. El mundo gay es el marco de títulos como Los ángeles de Carla, con el ambiente lésbico madrileño como protagonista, o Gayxample, que mezcla comedia y drama para reflejar el mundo homosexual de Barcelona.
Dificultades para la financiación
Los recursos con los que cuentan estas series web para salir adelante no suelen ser demasiados. En la mayoría de casos, los creadores autofinancian sus propios proyectos, que tienen un coste muy variable según el tipo de producción.
Bárbara López, cocreadora y productora ejecutiva de Las crónicas de Maia, explica que el coste de producción de cada capítulo de esta serie online se encuentra entre los 2.000 y los 3.500 euros, lo que les convierte en una producción cara en comparación con otras webseries. Como explica Bárbara López, se tratan de cifras "sin cobrar nadie y sin generar beneficios". “El género de aventuras siempre ha sido más caro que la comedia”. Como ocurre en otros casos, los propios creadores fueron los que pusieron el dinero para arrancar el proyecto. “Luego empiezas a llegar a acuerdos con empresas que te prestan material, localizaciones…” Además, es una de las producciones en las que Antena 3 participa económicamente a través de su canal online El Sótano. “Contactaron conmigo por Twitter tras haber visto el primer capítulo que colgamos en YouTube”, explica en una charla por teléfono.
El Sótano da cabida a cerca de 20 series web seleccionadas siguiendo criterios de calidad, por el tipo de proyecto y el público objetivo. “En unos casos, les ayudamos con la producción o coproducción y, en otros, reciben un porcentaje de los ingresos que generan”, explica Francisco Sierra, director de contenidos multimedia de Antena 3. El coste de una serie web puede variar mucho. “Es increíble la optimización de recursos a la que llegan. Comparado con una serie para televisión es barato, pero para el mundo web es caro”, asegura Sierra.
Los creadores recuerren en algunos casos al crowdfunding o financiación colectiva. En las webs donde se pueden ver los episodios es habitual encontrar un apartado en el que se anima a colaborar con el proyecto para que el espectador se sienta un poco más parte de él, además de recibir diferentes regalos en función de la cantidad de la aportación que se haga. Crónicas Drakonianas, Gayxample o Princesa Rota están utilizando este método para buscar financiación para sus nuevos capítulos.
Otros venden productos relacionados con la serie. Freaklances, además de vender camisetas, te ofrece la oportunidad de poner tu cara a uno de los personajes de sus historias y hacerte con una caricatura al estilo de los Freaklances.
Como explica Julio Garma, director de la serie, cada minuto de esta producción cuesta en torno a los 1.500 euros (unos 6.000 euros por capítulo). “No generamos beneficios y los costes los cubrimos a duras penas”, comenta. Sin embargo, la principal fuente de financiación de series como Freaklances es el patrocinio y la publicidad mediante emplazamiento publicitario, cortinillas previas al capítulo o banners.
http://blogs.elpais.com/quinta-temporada/2012/01/webseries.html
Una de las características comunes a la mayoría de los creadores de las series que se emiten únicamente en Internet es la precariedad y los escasos recursos para la grabación de los capítulos. Un mundo, el de la precariedad, que conocen bien las tres protagonistas de Asqueadas. La serie online dirigida por Silvia Chicón y Carlota F. Escandón narra las peripecias de tres jóvenes licenciadas que luchan para sobrevivir en un mundo marcado por la crisis. El humor y la ironía son las armas de las que se valen para reflejar una realidad muy próxima a muchos de sus seguidores.
La cercanía a la realidad actual de los jóvenes es fundamental para que una serie web acapare visitas en la Red. Un ejemplo es Freaklances. Los personajes animados que protagonizan estas historias trabajan como freelances en campos como el diseño, la publicidad u otras relacionadas con las tecnologías de la información y comunicación, un territorio familiar para muchos internautas. El terreno friki es por el que se decantan en Treintañeros, que hace unas semanas emitió su séptimo y último episodio. Los chistes relacionados con La guerra de las galaxias o The big bang theory hacen guiños constantes a un público geek y orgulloso de serlo.
La narración de las aventuras y desavenencias de varios compañeros de piso es la línea, algo más clásica, que siguen series web como Inquilinos, 60 m2 o Con pelos en la lengua, con una buena cantidad de fieles seguidores. Esta última, de hecho, presume en su página web de haber alcanzado los cuatro millones de visionados entre todos los capítulos de las dos temporadas con las que cuenta la serie hasta el momento. ¿El secreto? Tratar el sexo sin tapujos y desde las perspectivas de tres personajes bien diferentes.
La ruptura de tabúes es una tendencia en las series en Internet. El mundo gay es el marco de títulos como Los ángeles de Carla, con el ambiente lésbico madrileño como protagonista, o Gayxample, que mezcla comedia y drama para reflejar el mundo homosexual de Barcelona.
Dificultades para la financiación
Los recursos con los que cuentan estas series web para salir adelante no suelen ser demasiados. En la mayoría de casos, los creadores autofinancian sus propios proyectos, que tienen un coste muy variable según el tipo de producción.
Bárbara López, cocreadora y productora ejecutiva de Las crónicas de Maia, explica que el coste de producción de cada capítulo de esta serie online se encuentra entre los 2.000 y los 3.500 euros, lo que les convierte en una producción cara en comparación con otras webseries. Como explica Bárbara López, se tratan de cifras "sin cobrar nadie y sin generar beneficios". “El género de aventuras siempre ha sido más caro que la comedia”. Como ocurre en otros casos, los propios creadores fueron los que pusieron el dinero para arrancar el proyecto. “Luego empiezas a llegar a acuerdos con empresas que te prestan material, localizaciones…” Además, es una de las producciones en las que Antena 3 participa económicamente a través de su canal online El Sótano. “Contactaron conmigo por Twitter tras haber visto el primer capítulo que colgamos en YouTube”, explica en una charla por teléfono.
El Sótano da cabida a cerca de 20 series web seleccionadas siguiendo criterios de calidad, por el tipo de proyecto y el público objetivo. “En unos casos, les ayudamos con la producción o coproducción y, en otros, reciben un porcentaje de los ingresos que generan”, explica Francisco Sierra, director de contenidos multimedia de Antena 3. El coste de una serie web puede variar mucho. “Es increíble la optimización de recursos a la que llegan. Comparado con una serie para televisión es barato, pero para el mundo web es caro”, asegura Sierra.
Los creadores recuerren en algunos casos al crowdfunding o financiación colectiva. En las webs donde se pueden ver los episodios es habitual encontrar un apartado en el que se anima a colaborar con el proyecto para que el espectador se sienta un poco más parte de él, además de recibir diferentes regalos en función de la cantidad de la aportación que se haga. Crónicas Drakonianas, Gayxample o Princesa Rota están utilizando este método para buscar financiación para sus nuevos capítulos.
Otros venden productos relacionados con la serie. Freaklances, además de vender camisetas, te ofrece la oportunidad de poner tu cara a uno de los personajes de sus historias y hacerte con una caricatura al estilo de los Freaklances.
Como explica Julio Garma, director de la serie, cada minuto de esta producción cuesta en torno a los 1.500 euros (unos 6.000 euros por capítulo). “No generamos beneficios y los costes los cubrimos a duras penas”, comenta. Sin embargo, la principal fuente de financiación de series como Freaklances es el patrocinio y la publicidad mediante emplazamiento publicitario, cortinillas previas al capítulo o banners.
http://blogs.elpais.com/quinta-temporada/2012/01/webseries.html
Eu vivo a deliciosa incerteza a cada instante. E exceto a defesa radical da Liberdade absoluta, não tenho convicções inabaláveis. Não tenho caminho certo, não ando por sobre um bloco de cimento frio, não gosto de muros, nem gosto de grades. Eu decido se mudo ou se danço. Mas adoro mudançar... A instabilidade de uma corda bamba de seda à beira do abismo me excita. Eu não quero ordens — eu quero música. Ninguém me prende, ninguém me dirige, ninguém me sufoca, ninguém me segura. Não aceito invasões. Não dobro a espinha, nem ponho meu rabo entre as pernas. Não estou à venda. E jamais darei procuração para que alguém viva minha vida em meu nome. Sou eu que faço as minhas escolhas. Sou livre.
Edson Marques
http://www.edsonmarques.com/
Palavras de Edson Marques, mas, bem que poderiam ser minhas...
regina
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