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sexta-feira, 28 de fevereiro de 2014

QUANDO O CARNAVAL CHEGAR



carnaval

Eis que chegou: festa pagã, de rua, onde, durante dias (que parecem infindáveis), as pessoas dançam, bebem, brincam & vestem suas fantasias.

a gente trabalha o ano inteiro por um momento de sonho, para fazer a fantasia de rei, ou de pirata, ou jardineira. a gente se guarda para quando o carnaval chegar.

eu acredito, piamente, que a gente se desnuda mais quando mascarado. eu acredito, piamente, que a gente se revela mais quando acobertado. eu acredito, piamente, que a gente se mostra mais quando fantasiado.

as fantasias mais revelam que escondem.

na verdade, fantasiados, sentimo-nos livres para realizar desejos encobertos. o que fica guardado durante o ano inteiro, no carnaval, revela-se, ganha destaque, e tudo através das fantasias.

a gente se guarda, o ano inteiro, por um momento de sonho, para fazer a fantasia, para quando o carnaval chegar.

paradoxalmente, é no carnaval, travestindo-se, mascarando-se, que o corpo & o rosto estão mais expostos, mais limpos, mais nus.

revelamo-nos mais nas fantasias do que na realidade pura & dura.

a realidade pura & dura é quem nos põe as máscaras, máscaras utilizadas todos os dias, no convívio social.

nas fantasias, revelamo-nos mais porque, nelas, cabem desejos encobertos que permitimos vir à tona somente por causa das máscaras, somente por causa da maquiagem exagerada, caricatural, somente por causa dos personagens encarnados. e com a grande desculpa na ponta da língua: “quem realiza não sou eu, é a personagem. quem quer, quem deseja, é a personagem, quem age é ela, não sou eu”.

então tá bom…

vamos revelarmo-nus!

um ótimo carnaval para quem a carne é de carnaval!

beijo todos!
paulo sabino.

http://prosaempoema.wordpress.com/
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(do livro: Tantas palavras. autor: Chico Buarque. editora:Companhia das Letras.)


QUANDO O CARNAVAL CHEGAR



Quem me vê sempre parado, distante
Garante que eu não sei sambar
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
Eu tô só vendo, sabendo, sentindo, escutando
E não posso falar
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
Eu vejo as pernas de louça da moça que passa e
não posso pegar
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
Há quanto tempo desejo seu beijo
Molhado de maracujá
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
E quem me ofende, humilhando, pisando,
………………………………………….[pensando
Que eu vou aturar
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
E quem me vê apanhando da vida duvida que
.................................................[eu vá revidar
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
Eu vejo a barra do dia surgindo, pedindo pra
.................................................[gente cantar
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
Eu tenho tanta alegria, adiada, abafada, quem
.................................................[dera gritar
Tou me guardando pra quando o carnaval chegar
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(do site: Youtube. áudio extraído do álbum: Quando o carnaval chegar. gravadora: Universal Music. artistas: Chico Buarque /Nara Leão / Maria Bethânia. canção: Quando o carnaval chegar. autor & intérprete: Chico Buarque.)

quarta-feira, 26 de fevereiro de 2014

Paco de Lucía, el genio flamenco

MIGUEL MORA 26 FEB 2014 



El guitarrista Paco de Lucía en el Festival Leyendas de la Guitarra (1991). / RODRÍGUEZ APARICIO

Tocaor estratosférico, compositor fecundo e imaginativo, tímido pero sublime e infatigable embajador de la cultura española, Paco de Lucíafue un músico universal, el guitarrista que refundó el toque flamenco y lo subió a las más altas cimas artísticas haciéndolo crecer y evolucionar y mezclándolo con otras músicas de raíz, como la bossa nova, el jazz o el blues, a las que él llamaba “las músicas de la nevera vacía”.

Payo de nacimiento, pero gitano de alma, Francisco Sánchez Gómez,que ha fallecido repentinamente en una playa de México a los 66 años,aprendió a rasguear la guitarra por pura necesidad, al mismo tiempoque empezaba a hablar, cuando vivía en el barrio caló de Algeciras, La Bajadilla. “Estábamos hambrientos y mi padre no sabía qué hacer para sacarnos adelante”, solía contar. “Los flamencos, como todos los músicos de las músicas de raíz, siempre hemos tenido la nevera vacía”.

Su madre portuguesa, Luzia Gómez, dio nombre a la estirpe. Y su padre,Antonio Sánchez, fue el férreo y emprendedor productor que supervisó la carrera y la revolución flamenca que Paco de Lucía, solo y sobre todojunto a su inseparable Camarón de la Isla, cantaor legendario, montó en los años sesenta y setenta al despachar una decena de discos que marcarían el futuro del flamenco.

Antes de eso, Paco de Lucía fue Paco de Algeciras y formó con su hermano Pepe de Algeciras, luego Pepe de Lucía, dos años mayor que él y cantaor de gran calidad, el dúo Chiquitos de Algeciras, que rompió el molde en un concurso flamenco celebrado en Jerez en 1962. El tocaor de pantalón corto regresó a casa con un premio especial del jurado y un sobre con 4.000 pesetas.



Paco de Lucía, en el Festival de Jazz de Vitoria de 2004. / RAFA RIVAS (AFP)

Contratados por Antonio el Bailarín, los Chiquitos rodaron una película y grabaron varios discos. Enseguida, el mexicano José Greco les echó el ojo y se los llevó de gira a México, África, Australia y Estados Unidos. El flamenco volvía a tomar Nueva York después de que lo hicieran, en plena Guerra Civil, La Argentinita, Pilar López, Sabicas y Carmen Amaya.

En 1966, Paco se enroló en la compañía de Antonio Gades para unagira americana en la que interpretaban la Suite flamenca; allí descubriría el comunismo, la golfería flamenca, Brasil y la bossa nova, que tanto le ayudó a dar un aire nuevo y nuevas armonías al flamenco. Su manera de tocar la guitarra, con las piernas cruzadas y una gran colocación de las manos, volvía locos a sus colegas, según le contó el guitarrista Emilio de Diego a José Manuel Gamboa en un memorable relato: “Paco me hacía cosas maquiavélicas muchas veces, el cabrón. Es que era un monstruo, pero de verdad. Empezaba a hacer cosas que están prohibidas anatómicamente, guitarrísticamente, musicalmente; prohibidas para todos, menos para él”.

Paco —siempre fue solo Paco para sus compañeros de profesión y su legión de seguidores— había aprendido a tocar oyendo en directo a su hermano mayor, Ramón de Algeciras, que acompañó a los mejores cantaores de la época, y escuchando las viejas grabaciones de Ramón Montoya y de Sabicas, a quien conocería en el restaurante Granada deNueva York cuando se marchó de gira por Estados Unidos siendo todavía un adolescente imberbe.

Desde América, el gran Sabicas se convirtió en su maestro por correspondencia. La gran influencia en casa fue Manuel Serrapí, El Niño Ricardo, otro prodigio de las seis cuerdas que se quedó en España. El autodidactismo era forzoso en aquellos tiempos. Paco solía recordar que en los tiempos más duros, “los guitarristas se ponían de espaldas cuando tocaban una falseta para que los jóvenes no se las copiaran”.

Tras dar varias vueltas al globo, probar por primera vez a tocar jazz flamenco con Pedro Iturralde y grabar La guitarra fabulosa de Paco de Lucía en 1967, iba a nacer la pareja que cambió para siempre el destino del flamenco, reducido en aquellos años a la categoría de folclore nacional por el régimen franquista y a reducto minoritario y casi insufrible por los interminables y polvorientos festivales andaluces.


El dúo Paco-Camarón fue una fulguración, un momento fundacional para la historia moderna del flamenco y un hito sureño para la música popular contemporánea.

El dúo Paco-Camarón fue una fulguración, un momento fundacional para la historia moderna del flamenco y un hito sureño para la música popular contemporánea. Era 1969, el año en que el hombre llegó a la Luna. De repente, dos jóvenes paupérrimos y semianalfabetos, hijos de la España aniquilada, resucitaron el arte que Falla y Lorca habían dado a conocer al mundo durante la Edad de Plata. Su revolución formal y técnica universalizó por segunda vez la maltratada música flamenca.

Nacidos, no podía ser de otra forma, en la República de Cádiz, uno en Algeciras y el otro en San Fernando, los dos genios flacos llevaban dentro el mismo patrimonio genético artístico y compartían pasiones y virtudes: afinación, invención, una insolencia muy bien educada y buen gusto musical. Grabaron juntos, entre 1969 y 1979, nueve discos magníficos, irreprochables, llenos de fantasía y de creatividad, mezclando nuevas composiciones y géneros inventados como la bambera, con un absoluto respeto —mal comprendido por los puristas— al repertorio heredado.

La imaginación y la magia eran tan abrumadoras que no había hueco para el relleno, y la ironía es que cuando hizo falta rellenar, como fue el caso de Entre dos aguas, una rumbita incluida a última hora por Paco en su disco Fuente y caudal (1973), el descarte se convertía en pelotazo. Gracias al ojo comercial de Jesús Quintero, Entre dos aguas apareció como un símbolo de la recobrada vitalidad y del nuevo virtuosismo de un arte muy mal visto por el público y las instituciones. 1975, el año del cambio histórico, arrancó con Paco de Lucía en el número uno de las listas de ventas: el LP despachó más de 100.000 copias y el single, 300.000.

Cada cante de Camarón y cada toque de Paco eran oro molido. Su mezcla, la mejor simbiosis nunca oída entre una garganta y una sonanta desde Antonio Chacón y Ramón Montoya. La separación fue traumática, pero sin exagerar. Camarón grabaría en 1979 con Tomatito La Leyenda del tiempo, el disco que dio un salto mortal rockero al flamenco. Y Paco de Lucía retomaría sin mayores problemas su carrera de concertista, en solitario o en compañía de otros.



Paco de Lucía en su gira 'Cositas buenas', en Málaga (2005). / R. MARCHANTE

Tras grabar discos y solos dedicados a clásicos como Falla, Albéniz, Rodrigo o Sabicas, el de Algeciras dio recitales en el Real, La Zarzuela y los mejores teatros del mundo. En 1980 se registró el histórico Friday Night In San Francisco con las guitarras acústicas y eléctricas de John McLaughlin y Al di Meola; y ese mismo año Paco creó el Paco de Lucía Sextet, la formación que durante dos décadas llevaría por el orbe la marca del mejor flamenco mestizo, con instrumentos como el cajón peruano, y de la España más talentosa. Sólo quiero caminar (1981),Live... One Summer Night (1984) y Live in America (1993) siguen siendo hoy referencias imprescindibles.

Oír tocar a Paco de Lucía era un fenómeno entre místico e incomprensible; parecía como si dentro de la guitarra llevara metida una orquesta sinfónica y un Beethoven jibarizado. Fuera del escenario, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2004, primero y único de la historia concedido a un artista flamenco, era un hombre tímido, bromista, anárquico y sencillo.

Tras 40 años de magisterio indiscutible, miles de conciertos y de espectadores asombrados, veintitantos discos y algunos exilios y silencios, el Príncipe de Asturias supuso el gran reconocimiento que su país le debía a Francisco Sánchez. El premio, como él mismo se apresuró a decir, tenía más de un destinatario. Primero, el flamenco, esa música ninguneada por políticos, programadores y otros sordos con mando en plaza. Y segundo, don José Monge Cruz, Camarón de la Isla, cómplice en las tomas de la Bastilla flamencas: “Si me hubieran dado el premio estando él vivo hubiera impuesto de alguna forma que él viniera, lo hubiera compartido con él, me hubiera dado vergüenza ganarlo yo solo”, declaró el guitarrista a este diario.


Oír tocar a Paco de Lucía era un fenómeno entre místico e incomprensible; parecía como si dentro de la guitarra llevara metida una orquesta sinfónica y un Beethoven jibarizado

Algunos desaprensivos habían intentado enfrentar a Paco con la familia de su amigo a la muerte de este, en julio de 1992, acusando a los Sánchez de haber cobrado derechos de autor que pertenecían a Camarón. La injusta bronca no consiguió terminar con el cariño y la admiración que el tocaor, cantaor frustrado —“el guitarrista que mejor canta soy yo”, decía—, profesó siempre a Camarón. En 2004, al grabarCositas buenas, su disco número 26, Paco de Lucía recuperó con Javier Limón una vieja bulería del genio de la Isla e invitó a Tomatito a meter su guitarra. Y luego contó: “Los dos llorábamos como tontos oyendo cantar a José. ¡Parecía que estaba vivo y acababa de bajar a tomar un café!”.

Casado dos veces, la primera en 1977, en Ámsterdam, con Casilda Varela, hija del general franquista que culminó la toma de Madrid; y la segunda con Gabriela, una mujer mexicana, Paco de Lucía fue huyendo del ambiente noctívago del flamenco a medida que iba cumpliendo años. Y lo explicaba así: “La noche fue muy importante en una época, nos íbamos a una venta, comíamos un pollo, bebíamos vino y pasaban cosas mágicas. Ahora hay un sentido de la competitividad muy fuerte, la gente se pone muy tensa... La droga ha influido mucho en eso. La cocaína pone a la gente muy nerviosa”.

Entre gira y gira, ya con la nevera llena, el tocaor pasaba largas temporadas en sus casas de Mallorca, Toledo y Tulum, la playa de la península de Yucatán (México) donde solía bucear y donde ayer le visitó la muerte. En los últimos meses, tocó y residió también en Cuba.

La noticia de su fallecimiento prendió como una mecha entre los melómanos y aficionados de todo el mundo. Los diarios internacionales más importantes le dedicaron amplios espacios en sus webs. El fotógrafo suizo-francés René Robert, que retrató al músico docenas de veces en concierto, dijo: “Es un momento duro, se ha muerto demasiado joven. Pero es lógico que le haya fallado el corazón: pese a la aparente facilidad con que tocaba, su arte requería de una concentración extrema, y tratar de mejorar siempre lo anterior debía causarle mucho estrés”.



Paco de Lucía, en un concierto en Paris Grand Rex de 2007. / STEPHANE DE SAKUTIN (AFP)

Maestro primordial, junto al fabuloso y recién retirado Manolo Sanlúcar, de una generación de inmensos guitarristas —Vicente Amigo, Gerardo Núñez, Cañizares, Rafael Riqueni, y tantos otros—, la talla de Paco de Lucía fue reconocida por los mejoresmúsicos de su tiempo. Enrique Morente, que lo admiró en la distancia, dijo esto de él: “Lo ha sido todo. Un gran intérprete y un gran creador de maneras y formas. Y de música también”.

Pero Paco de Lucía siempre procuró restar importancia a su gigantesca figura. Una escena de un documental que emitió TVE, rodada en su casamexicana, en la que aparecía tumbado en una hamaca, resume bien ese intento, fallido, y su humor inteligente: “No se crean nada, lo que hacemos los artistas es estar tirados todo el día”, decía. “Los músicos somos unos chaneladores [cuentistas] que siempre estamos con el rollo de la angustia. El artista sufre, sí, pero más sufre un albañil subido en un andamio de seis pisos un 8 de enero. O Bach, que estaba siempre tieso y cada semana tenía que componer una fuga para la catedral de Leipzig. Y sin calefacción ni comida. Y Van Gogh, el pobre, siempre pelao, y sin oreja. Y hoy los artistas nos creemos algo, unos fenómenos...”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/26/actualidad/1393426383_691930.html


Paco De Lucia - Tico Tico (Complete Video)


Paco de Lucia - Entre dos aguas (1976) full video


quinta-feira, 20 de fevereiro de 2014

Retratos da cidade, Salvador-BA, no traço de Carybé




No seu quase meio século de vivência na Bahia Carybé documentou tipos humanos à maneira de um repórter, descrevendo com cores vibrantes, numa plástica leve e solta, os habitantes da cidade do Salvador. Foi um repórter das artes plásticas voltado para o homem em toda a sua expressão social: os seus cultos, as festas populares, situações de trabalho e lazer. O traço de Carybé fixou pescadores, prostitutas, lavadeiras, capoeristas, estivadores, mães e filhas de santo, personagens históricos, homens e mulheres do povo e orixás.

Carybé não foi um retratista, porém, algumas de suas obras, raras num contexto de centenas, nos revelam facetas da cidade que ora comemora 464 anos de sua fundação: a Bahia antiga, referência de cartão postal para os visitantes e orgulho dos soteropolitanos. Foi em 1941, quando o artista já tinha visitado a terrinha em duas ocasiões, que Carybé nos brindou com a sua primeira obra documental: um óleo sobre tela que denominou de “Rio Vermelho de Baixo” e revela os casarios do local e na perspectiva que se abre para o mar os morros da Fonte do Boi.


Em 1950 o artista fixa residência definitiva em Salvador e nesse ano nos brinda com dois trabalhos documentais. Um deles é “A Louca dos Cachorros”, pintura em guache que retrata o Largo do Cruzeiro de São Francisco no Pelourinho/Terreiro de Jesus com os seus sobrados em volta que Carybé representou com cores sombrias. O outro é um detalhe do magnífico painel da Panorámica de Salvador realizado com a têcnica de têmpera de ovo sobre parede. O traço do pintor argentino valorizou no contraste de cores o Elevador Lacerda, Igreja da Conceição e o Palácio dos Governadores; mas também detalhou na perspectiva o Mercado Modelo antigo, a cúpula da Igreja de São Bento e o prédio do Paço Municipal, dentre outros monumentos.


Duas décadas após, 1973, Carybé pinta a série das mulatas grandes, oléos sobre tela. Numa delas destaca a Catedral, na outra (a primeira ilustração e destaque deste post) o artista retratou os prédios da Praça Cayrú e se permitiu imaginar construções carcaterísticas do Pelourinho no local, à beira mar, onde um saveiro compõe as cenas dos pecados da noite que emergem no contexto de festa. Em 82 o artista retratou o Pelourinho, pintura documental mesmo, no quadro denominado “Maciel de Baixo”, tela pequena de 50 x 35cm, produzida em vinil. Com o detalhe que não escapa ao observador da escadaria na porta do brega.


Antes, em 1978, o artista criara uma de suas obras primas, com o concurso de várias técnicas e estilos, o magnífico painel encomendado pelo Baneb, hoje Bradesco, intitulado “Fundação da Cidade do Salvador”. Na foto deste post, apenas um detalhe do painel, emerge o documental das cidades alta e baixa, vistas do mar, num insigth criativo que ressalta as caravelas do tempo de Thomé de Souza, em meio aos saveiros e a alegria do baianos caracaterística nas suas festas populares no mar.




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terça-feira, 18 de fevereiro de 2014

Era Óbvio - Marisa Monte


EUVALDO MACEDO FILHO: O FOTÓGRAFO DO SÃO FRANCISCO

O Vale do São Francisco guarda segredos que pouco a pouco vão saindo à superfície, um deles é o trabalho do fotógrafo juazeirense Euvaldo Macedo Filho, que deixou um legado documental da região ainda por ser explorado. Suas fotos començam a ser conhecidas através de publicações e agora de uma exposição no SESC Petrolina. Afinal, A foto – a quem se destina? (Euvaldo Macedo Filho, Sobre Photos)

O fotógrafo Euvaldo Macedo Filho, nascido em Juazeiro da Bahia em 1952, morreu precocemente em 1982, deixando um grande acervo fotográfico ainda por ser explorado. São aproximadamente 12.000 negativos guardados em um baú, juntamente com cadernos de anotações do artista. Uma pequena parte deste acervo foi resgatado pela sua esposa Odomaria Rosa Bandeira Macedo e pelos amigos Antonio Carlos Coelho de Assis (Coelhão) e Chico Egídio na publicação de um livro com uma seleção de fotos.
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Outra parte está agora disponível para ser vista no SESC Petrolina na exposição "Euvaldo Macedo Filho: Imagens Vestígios do Tempo", curadoria de Elson de Assis Rabelo. Nesta mostra, o curador escolheu expor as experiências sociais de tempo retratadas pelo fotógrafo: tempo da navegação, tempo da infância e tempo da velhice. Nelas podemos ver não somente os cliques do fotógrafo, como também um super-8 sobre os últimos dias de navegação do São Francisco, num belo trabalho de expografia.
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Além das imagens captadas por Euvaldo Macedo, muito de sua obra se pode entender através da leitura de seus cadernos de anotações: Cadernos de Babilaques: exercícios para fazer a cabeça; Sobre Photos e Sobre Fotografias, entre outros. Os cadernos escritos a lápis, caneta ou com canetinhas de diferentes cores, são uma interessante documentação das ideias de seu autor, nos quais podemos conhecer um pouco mais do fotógrafo através de frases cheias de poesia e perspicácia.
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Kertész e Cartier-Bresson roubaram todas as minhas ideias quarenta anos antes de eu nascer. (Euvaldo Macedo Filho, Caderno de Babilaques)
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O que é fotografar? É ter no lance, um olho de lince. (Euvaldo Macedo Filho, Caderno de Babilaques)
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Quero confessar: o que mais me interessa na foto é a POESIA. (Euvaldo Macedo Filho, Sobre Fotografia)
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A câmara – como suporte de um olhar ATENTO. (Euvaldo Macedo Filho, Sobre Photos)
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Fotografia: o instante mágico. No momento exato – CLIC. (Euvaldo Macedo Filho, Caderno de Babilaques)
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Minha fotografia é a visão crítico-lírica de aspectos da realidade,faces da vida (Euvaldo Macedo Filho, Caderno de Babilaques)


© obvious: http://lounge.obviousmag.org/coqueluche/2014/02/euvaldo-macedo-filho-o-fotografo-do-sao-francisco.html#ixzz2th1zJ1Z2 
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sábado, 15 de fevereiro de 2014

AMOR NÃO É COISA QUE SE FAÇA






Nei Duclós


Amor não é coisa que se faça
Está fora dos ofícios, dos mecanismos da caça
É pomba sobre os telhados, pousa por ser destino
O que vem depois é água em direção ao abismo
borboleta no rastro de um cardume de golfinhos


Amor é bicho marinho fora da rede de arrasto
todo mundo viu, mas só poucos acreditam
não é fácil fisgá-lo da amurada de um barco
empiná-lo, lua cheia, nas nuvens da borrasca
resolvê-lo em cadernos de algoritmos escassos


Amor é forte em ruínas, com rifles enferrujados
a tropa fugiu de casa diante de uma vanguarda
cem canhões dispararam sobre teu perfil claro
levantei minha bandeira onde havia casamata
entrei conquistador na cidade sem abrigo


Amor não faz sentido, é sonho que não avisa
jogo de conchas no mapa do nosso grito
estaremos perdidos antes que venha o futuro
o final anunciado em trombetas manuscritas
Tenha dó da palavra, não atingirá o conflito


Amor é soco no ar, planta que agarra pedra
espinho com vocação de ser guardião da pétala
corpo de desafogo, pavio de longo compasso
nó de gravata nova antes do baile de gala
rosa posta na mesa quando teu beijo desatas


http://outubro.blogspot.com.br/2014/02/amor-nao-e-coisa-que-se-faca.html

Não falta interesse...






Mulheres não perdem o interesse sexual com a idade

Pesquisa da Universidade de Pittsburgh com 600 mulheres entre 40 e 65 anos desde 2005 mostra que, em 2013, 85% delas continuavam sexualmente ativas
Relatório foi publicado na revista “JAMA Internal Medicine”






Pesquisa mostra que mulheres são sexualmente ativas até a terceira idade StockPhoto


NOVA YORK - Há um consenso sobre a falta de interesse sexual da mulher na meia idade e após a menopausa que os cientistas acabam de derrubar. Pesquisadores da Universidade de Pittsburgh começaram a estudar 600 mulheres entre 40 e 65 anos em 2005 e, depois de quatro anos, classificaram 354 das iniciais 602 participantes como sexualmente ativas. No oitavo ano da pesquisa, 85% continuaram desta forma, segundo um relatório publicado na revista “JAMA Internal Medicine”.

- Mulheres que diziam que o sexo era moderadamente ou extremamente importante tinham três vezes mais chances de permanecer ativas em relação às que não consideravam sexo uma prioridade - explicou ao “Daily Mail” a pesquisadora Holly Thomas, que aponta este fator como principal para manter o desejo sexual ao longo da vida.

- Há esta percepção social de que, conforme a mulher envelhece, o sexo se torna desimportante ou que a mulher simplesmente para de fazer sexo com a idade. Pelo nosso estudo, nos parece que a maioria das mulheres continua a ter uma vida sexualmente ativa - disse Holly.

No total, 10% das mulheres estudadas consideravam sexo extremamente importante; 50% diziam que era moderadamente importante; e cerca de 20% afirmavam que não era muito importante. As demais não responderam à questão.

Aquelas que colocaram o assunto no topo de sua lista tiveram três vezes mais chances de permanecerem sexualmente ativas em comparação com as que não consideravam sexo importante — sexualmente ativa para o grupo de 48 a 73 anos significa pelo menos uma vez nos últimos seis meses.

O estudo não observou a frequência das relações sexuais, mas segundo a pesquisadora outro estudo apontou uma vez por mês como média para esta faixa etária.

- A vida sexual da mulher pode mudar com o tempo, mas isso não necessariamente significa que o sexo não é importante ou que ela não gosta de sexo - afirmou Holly.


Leia mais sobre esse assunto em http://oglobo.globo.com/saude/mulheres-nao-perdem-interesse-sexual-com-idade-11596946#ixzz2tQ0Tg6Gz

Os cachinhos da Shirley Temple




Ruy Castro

folha de são paulo

De volta aos cachinhos

RIO DE JANEIRO - Minha velha amiga Margarida Sarda detestavaShirley Temple. Sua mãe a penteava como Shirley Temple --fazia-lhe todo dia os 56 cachinhos dourados de Shirley Temple. Metia-a em casaquinhos, saiotes e marinheiras de Shirley Temple. Calçava-lhe as meias curtinhas ou três quartos de Shirley Temple. E a inundava de bonecas, brinquedos e adereços de Shirley Temple. Só não lhe aplicou as covinhas de Shirley Temple. Em represália, Margarida passou a infância dedicando-se a não ser Shirley Temple. Conseguiu.

Por causa de Shirley Temple, todas as mães do mundo exigiam o impossível de suas filhas. A própria Shirley também só foi Shirley Temple enquanto não teve escolha. Dos quatro aos 12 anos, ela foi um produto de sua mãe, Gertrude --e de si própria, porque ninguém a ensinou a representar. Aos seis, já sabia fazer tudo que a venerada Ethel Barrymorelevara 60 para aprender.

Seus filmes, a uma média de quatro por ano, entre 1934 e 1939, rendiam milhões e podiam ser intoleráveis, mas ela não era. Na verdade, era quase impossível não admirá-la. E o quase vai por causa de Graham Greene, então crítico, para quem Shirley só podia agradar a gagás pedófilos. Não é verdade. Confira em "Dada em Penhor" (1934), "A Mascote do Regimento" (1935), "A Queridinha do Vovô" (dirigido por John Ford) e "Heidi" (1937) e "Sonho de Moça" (1938).

Aos 12 anos, em 1940, foi abandonada pelo público. Gertrude tirou-a do cinema e a botou para estudar. Shirley suspirou aliviada e nunca fez muita força para voltar ao estrelato. Tocou sua vida e, no futuro, sem ser da "carrière", tornou-se embaixadora dos EUA em Gana e na então Tchecoslováquia, em épocas conturbadas desses países. Shirley Temple finalmente chegara à idade adulta.

Mas bastou-lhe morrer, na segunda-feira, aos 85 anos, para ser devolvida aos cachinhos.


http://remediosdirce.blogspot.com/2014/02/ruy-castro_15.html?spref=tw

segunda-feira, 3 de fevereiro de 2014

As muitas vidas de Eduardo Coutinho




JOSÉ GERALDO COUTO: NO CINEMA






Quantas vidas cabem numa vida? Na de Eduardo Coutinho, que durou quase 81 anos e terminou ontem (2 de fevereiro), couberam muitas. Vamos nos ater às que ele viveu no mundo do cinema. Falar sobre o homem, sobre o amigo, seria doloroso demais. Passo.

Coutinho começou na ficção, como roteirista (A falecida, Garota de Ipanema, Lição de amor, Dona Flor) e diretor (O homem que comprou o mundo, Faustão). Foi parar no documentário meio por acaso, meio por necessidade.

Trabalhar nos tempos heroicos do Globo Repórter, realizando documentários livres e desbravadores pelo interior do Brasil, era para ser, a princípio, um ganha-pão temporário, mas foi ali que Coutinho acabou se renovando e encontrando sua voz. Aqui, para quem quiser conhecer, a íntegra de um desses trabalhos, o notável Theodorico, o imperador do sertão (1978):



O coroamento dessa virada se daria com um marco do cinema brasileiro e mundial, Cabra marcado para morrer (1985), a retomada em chave documental do projeto ficcional homônimo, abortado pelo golpe militar de 1964. O Cabra consagrava uma convicção do diretor que tanta influência teria sobre as gerações posteriores: o documentário não como registro passivo de uma “realidade” dada, exterior, mas como dispositivo que enseja ou produz uma nova realidade, surgida da interação do realizador e sua equipe com um determinado ambiente, com determinados personagens. Desse enlace, embate ou fricção é que surge o filme.

Eternamente inquieto, radicalmente íntegro, incapaz de qualquer espécie de autoindulgência, Coutinho, depois do Cabra, passou por um período de impasses e dúvidas, durante o qual realizou Santa Marta, O fio da memória e Boca de lixo, projetos que ele considerava parcialmente frustrados.

Confissão e ficção

Foi só em 1999, aos 66 anos, que ele experimentou, com Santo forte, um novo renascimento criativo, dando início a uma fase de impressionante produtividade e frescor, que durou até agora e, ao que tudo indica, continuaria por um bom tempo.

Veio então uma sucessão de grandes filmes: Babilônia 2000, Edifício Master, Peões, O fim e o princípio, Jogo de cena, Moscou, As canções, Um dia na vida. Com exceção deste último, que é um caso sui generis (o horror contemporâneo concentrado em 24 horas de programação de TV), todos os outros, a despeito das diferenças radicais entre si, baseiam-se numa crença básica do cineasta: dadas certas condições propícias, todo indivíduo, diante de uma câmera e um microfone, torna-se personagem de si mesmo, reinventa sua própria vida, num jogo permanente de confissão e ficção. Jogo de cena é o filme em que essa ideia se desenvolve de forma mais cabal.

Uma das tais “condições propícias” é a duração da conversa, possibilitada por uma circunstância técnica aparentemente banal: a troca da filmagem em película pela captação em vídeo (inicialmente Betacam, depois digital). Com a película tradicional, era preciso interromper a filmagem a cada dez minutos para a troca de rolos, o que esfriava inevitavelmente a conversa, aniquilando a confiança, a fluência e a espontaneidade do entrevistado. Podendo falar sem parar durante meia hora, ou uma hora, o sujeito passava a levar o filme a terrenos inesperados, em termos de informação ou de emoção.

Relação de mão dupla

Com infinita paciência e ausência de julgamento, Coutinho estabelecia com seus personagens uma relação especial, única, frequentemente de mão dupla: alguns dos momentos mais belos e reveladores de seus filmes são aqueles em que o próprio diretor é confrontado e instado a se expor.

Lembro um caso exemplar: já perto do final de Peões, o metalúrgico Geraldo diz que não quer que os filhos passem pelo que ele passou. Emocionado, fica um bom tempo em silêncio e depois pergunta para Coutinho, na lata: “Você já foi peão?” A negativa balbuciada pelo cineasta e o silêncio constrangido que se segue são um momento sublime raramente alcançado por um filme de ficção. Aqui, para quem não viu:

http://www.youtube.com/watch?v=QRe2foopogk

Flagrar o momento inefável do encontro, filmar o laço invisível entre os seres, a contradição entre palavra e gesto, entre música e silêncio, apreender o tempo que escorre, captar o rastro fugidio da vida – foi isso o que Coutinho tentou. E tantas vezes conseguiu. Talvez por isso sua morte, tão estúpida e brutal, pareça ficção.



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